lunes, 30 de noviembre de 2009

Una experiencia de los vivos con los Muertos


Cierto día no pensado, en visita al Cementerio de la ciudad (Callao), donde yacen en descanso eterno miles de ciudadanos que un día fueron; en una hora poco concurrida, con pasos propios para el lugar caminaba, se acerca a la distancia un "pato" elevador cargando en sus uñas una parihuela llena de bolsas negra que en su interior portaban restos de quienes fueron habitantes del lugar en cantidad no definida pudieron ser diez o veinte, impresionante por cierto.

Bueno si eso es todo, soportable el incidente, pero subíase ya que esa noche (anterior al día que estamos) se habían extraído de los nichos de los pabellones unos 300 a 500 cadáveres más o menos; es el caso, que obligado por el lugar que tenía que pasar, imaginemos un pasaje de no más de un metro cincuenta o setenta de ancho, cincuenta metros a más de largo con todas las cavidades abiertas (esa fue la travesía obligada a realizar) y aún se sentía el olor propio de estos casos, más aún habían bolsas con los cuerpos a las bases de los pabellones en número no calculado; dos o tres personas rondando el lugar, al dar la vuelta para ingresar a la espalda del pabellón mencionado, lo que se vio era sinceramente un espectáculo para contar, desde mi posición casi a la altura del filo donde se inicia el pabellón imaginé una ciudad bombardeada donde los cuerpos habían sido fulminados y sólo quedaban bolsas negras en el lugar.

La imaginación es rápida y activa, me pareció saber cuántos y quienes fueron y quienes eran los que habitaron allí por largos cincuenta años; me pareció conocerlos más que a los vivos, me parecieron amigables e inofensivos, me pareció más bien que tenían un alo de tristeza, quizás, quizás, por lo que se les estaba haciendo, quizás fueron quienes fueron y se santificaron muriendo.

Pensé, cuando mueran quienes hacen estas cosas, ¿que pasará se santificarán? quizás; si cuidamos nuestros muertos hace miles y millones de años, se cuidan, se estudian, porqué no cuidar lo nuestro, porqué permitir una experiencia tal de uno solo de los que aún vivimos y habrán sido muchos los que vieron y sintieron ¿por qué? ¿para qué? ¿No merecen nuestros restos más consideración y no merecemos los vivos más consideración o debemos endurecernos más y más hasta que la vida o la muerte nos de lo mismo?

Si así se piensa. Gracias por la experiencia

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