Cuando se practica el sistema de cargar responsabilidades, de una u otra conducta al vecino, nos permite vivir sin responsabilidades, ni obligaciones.
Es el caso que observando un programa en televisión se trataba de recomendar a los Sres. chóferes que en consideración a la edad se preocuparan de darles un trato preferencial en todo el sentido de la palabra a los pasajeros, pues bien, este esfuerzo de parte de quienes presentan un programa de esta naturaleza es loable pero, por el alcance que tienen los programas de televisión y el efecto dentro de nuestra sociedad, debemos ser, mucho más consecuentes y justos.
Exijamos una cultura de responsabilidad y consecuencia con los seres de la tercera edad, como se ha dado por llamar, a los que logran sobrevivir a los embates de las ambiciones e indiferencias de quienes teniendo el poder y las posibilidades de practicar una cultura de respeto y consideración para nuestra gente madura, no lo hacen, de quienes gozando de la heredad justamente cultivada por estas generaciones y tienen las comodidades que les brinda los inmejorables sueldos que disfrutan los que habiendo sido elegidos para crear, dar equidad y lo justo para una supervivencia decorosa dentro de nuestra sociedad, no lo hacen y sólo atienden los cálculos económicos y ven las estadísticas de mortandad, porque no es mentira afirmar que a más edad, cerca estamos del final que Dios escogió para nosotros, y a su vez se necesita con mayor frecuencia la atención médica, una alimentación adecuada, un estado psicológico determinando si en algo queremos prolongar, este lapso de vida.
Para ello tenemos que practicar desde las esferas más altas del poder una cultura, verdadera consideración y el cumplimiento cabal del compromiso adquirido comenzando por los que siendo sobrevivientes sólo tendrán poco tiempo para alcanzar este trato justo y necesario y así es que hoy siendo jóvenes mañana tengan, para sí el mismo trato y así pues practicando esta cultura de justicia desde las esferas más altas, ya podremos exigir a todos una práctica de consideraciones para nuestros amados héroes de la supervivencia que rompiendo estadísticas de mortandad, siguen vivos y sufrientes, mientras nos distraen con exigencias, que no serían necesarias si el vecino de arriba nos diera el ejemplo, y los que nos pretenden distraer, señalando al vecino de abajo, estarían demás.
Démosle a los lisiados atención de salud permanente y gratuita, a los de la tercera edad sin discriminación alguna su jubilación y atención médica gratuita, pongamos a trabajar a nuestros profesionales y técnicos en esta noble labor y usemos el poder para el bien y no para acumular riquezas solamente, que la meta más difícil de alcanzar para una sociedad sea la felicidad de sus componentes.
Es el caso que observando un programa en televisión se trataba de recomendar a los Sres. chóferes que en consideración a la edad se preocuparan de darles un trato preferencial en todo el sentido de la palabra a los pasajeros, pues bien, este esfuerzo de parte de quienes presentan un programa de esta naturaleza es loable pero, por el alcance que tienen los programas de televisión y el efecto dentro de nuestra sociedad, debemos ser, mucho más consecuentes y justos.
Exijamos una cultura de responsabilidad y consecuencia con los seres de la tercera edad, como se ha dado por llamar, a los que logran sobrevivir a los embates de las ambiciones e indiferencias de quienes teniendo el poder y las posibilidades de practicar una cultura de respeto y consideración para nuestra gente madura, no lo hacen, de quienes gozando de la heredad justamente cultivada por estas generaciones y tienen las comodidades que les brinda los inmejorables sueldos que disfrutan los que habiendo sido elegidos para crear, dar equidad y lo justo para una supervivencia decorosa dentro de nuestra sociedad, no lo hacen y sólo atienden los cálculos económicos y ven las estadísticas de mortandad, porque no es mentira afirmar que a más edad, cerca estamos del final que Dios escogió para nosotros, y a su vez se necesita con mayor frecuencia la atención médica, una alimentación adecuada, un estado psicológico determinando si en algo queremos prolongar, este lapso de vida.
Para ello tenemos que practicar desde las esferas más altas del poder una cultura, verdadera consideración y el cumplimiento cabal del compromiso adquirido comenzando por los que siendo sobrevivientes sólo tendrán poco tiempo para alcanzar este trato justo y necesario y así es que hoy siendo jóvenes mañana tengan, para sí el mismo trato y así pues practicando esta cultura de justicia desde las esferas más altas, ya podremos exigir a todos una práctica de consideraciones para nuestros amados héroes de la supervivencia que rompiendo estadísticas de mortandad, siguen vivos y sufrientes, mientras nos distraen con exigencias, que no serían necesarias si el vecino de arriba nos diera el ejemplo, y los que nos pretenden distraer, señalando al vecino de abajo, estarían demás.
Démosle a los lisiados atención de salud permanente y gratuita, a los de la tercera edad sin discriminación alguna su jubilación y atención médica gratuita, pongamos a trabajar a nuestros profesionales y técnicos en esta noble labor y usemos el poder para el bien y no para acumular riquezas solamente, que la meta más difícil de alcanzar para una sociedad sea la felicidad de sus componentes.
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