PARTE II
Como vinimos mencionando en nuestras publicaciones anteriores, el transporte público de pasajeros en el Perú es un caos del cual no se excluye Lima y Callao.
No hace mucho, en el año 1950, casi todo el transporte del servicio público se efectúa en autos a los que se le denominará "colectivos" subsistiendo hasta la fecha algunas líneas que prestan servicio en esta modalidad; asimismo, existían algunas empresas de transporte.
Los chóferes de estos vehículos se agrupaban y conformaban los llamados "Comités de Colectivos" los que podían crearse de hecho y derecho, registrándose en las Direcciones de Tránsito de esa época regularizando con ello su presencia en el servicio público. Existieron líneas de colectivos en el Callao identificados por números como la 14-C / 16-C / 18-C / 21-C / 9-C / 17-C, etc., y otras que prestaban servicios en toda la provincia del Callao hasta que en la década del 60 al 70, se desató un boom y el transporte de colectivos (automóviles) pugnara por convertirse a los llamados microbuses (vehículos de mayor capacidad que los autos) de 12 a 118 pasajeros con la esperanza que se les daría más comodidad y seguridad a los usuarios y mejoraría la economía de los chóferes transportistas, siendo una de las primeras líneas en convertirse la línea 14-C a 61-M la línea 9-C a 92-M la línea 18-C a 99M la línea 27-C a 101M, etc.
Lamentablemente, por falta de una buena administración socio-política como de costumbre, ni los usuarios gozaron de comodidad y seguridad, ni los chóferes transportistas mejoraron su economía.
Y así, en la década del 70 a los 80, se determinó que por razones similares a los que se aplicó el cambio de colectivos (autos) a micros llamados chicos, se presionó de parte de las llamadas autoridades del transporte del servicio público de pasajeros para que los micros (chicos) en las líneas de servicio público se cambiaran por unidades más grandes en su capacidad (unidades de 20 a 30 pasajeros) proceso que duró hasta la década del 80 al 90.
En la década del 90 a la actualidad, a los "Inteligentes" que nunca faltan en el transporte público de pasajeros donde el usuario en el día a día invierte su economía en el llamado "pasaje" con la esperanza que algún día esta economía se convierta en confort y seguridad, nunca ha sido así.
En la década del 90, se despidió a miles de trabajadores de las empresas públicas condenándolas a la miseria y desocupación, percibiendo por ello una economía determinada en los llamados incentivos. Los cerebros interesados en chuparse esta economía, desorganizaron el transporte público de pasajeros y propiciaron el regreso a los servicios en vehículos de 12 a 18 pasajeros usados (viejos) y saturaron el transporte público de pasajeros con miles de estos vehículos que en su origen eran dados de baja y los traían y los vendían por miles de dólares, enriqueciéndose estos malos peruanos y empobreciendo aun más a los buenos peruanos pensando que dedicándose al transporte podrían encontrar la solución a su desocupación y a su economía familiar.
Todos sabemos que nada de esto a sucedido y por el contrario "El Transporte Publico de Pasajeros en el Perú es un caos". No ofrece confort ni seguridad a los usuarios, a los trabajadores y menos a sus familias.
Como vinimos mencionando en nuestras publicaciones anteriores, el transporte público de pasajeros en el Perú es un caos del cual no se excluye Lima y Callao.
No hace mucho, en el año 1950, casi todo el transporte del servicio público se efectúa en autos a los que se le denominará "colectivos" subsistiendo hasta la fecha algunas líneas que prestan servicio en esta modalidad; asimismo, existían algunas empresas de transporte.
Los chóferes de estos vehículos se agrupaban y conformaban los llamados "Comités de Colectivos" los que podían crearse de hecho y derecho, registrándose en las Direcciones de Tránsito de esa época regularizando con ello su presencia en el servicio público. Existieron líneas de colectivos en el Callao identificados por números como la 14-C / 16-C / 18-C / 21-C / 9-C / 17-C, etc., y otras que prestaban servicios en toda la provincia del Callao hasta que en la década del 60 al 70, se desató un boom y el transporte de colectivos (automóviles) pugnara por convertirse a los llamados microbuses (vehículos de mayor capacidad que los autos) de 12 a 118 pasajeros con la esperanza que se les daría más comodidad y seguridad a los usuarios y mejoraría la economía de los chóferes transportistas, siendo una de las primeras líneas en convertirse la línea 14-C a 61-M la línea 9-C a 92-M la línea 18-C a 99M la línea 27-C a 101M, etc.
Lamentablemente, por falta de una buena administración socio-política como de costumbre, ni los usuarios gozaron de comodidad y seguridad, ni los chóferes transportistas mejoraron su economía.
Y así, en la década del 70 a los 80, se determinó que por razones similares a los que se aplicó el cambio de colectivos (autos) a micros llamados chicos, se presionó de parte de las llamadas autoridades del transporte del servicio público de pasajeros para que los micros (chicos) en las líneas de servicio público se cambiaran por unidades más grandes en su capacidad (unidades de 20 a 30 pasajeros) proceso que duró hasta la década del 80 al 90.
En la década del 90 a la actualidad, a los "Inteligentes" que nunca faltan en el transporte público de pasajeros donde el usuario en el día a día invierte su economía en el llamado "pasaje" con la esperanza que algún día esta economía se convierta en confort y seguridad, nunca ha sido así.
En la década del 90, se despidió a miles de trabajadores de las empresas públicas condenándolas a la miseria y desocupación, percibiendo por ello una economía determinada en los llamados incentivos. Los cerebros interesados en chuparse esta economía, desorganizaron el transporte público de pasajeros y propiciaron el regreso a los servicios en vehículos de 12 a 18 pasajeros usados (viejos) y saturaron el transporte público de pasajeros con miles de estos vehículos que en su origen eran dados de baja y los traían y los vendían por miles de dólares, enriqueciéndose estos malos peruanos y empobreciendo aun más a los buenos peruanos pensando que dedicándose al transporte podrían encontrar la solución a su desocupación y a su economía familiar.
Todos sabemos que nada de esto a sucedido y por el contrario "El Transporte Publico de Pasajeros en el Perú es un caos". No ofrece confort ni seguridad a los usuarios, a los trabajadores y menos a sus familias.
Continuará..... Tenemos la propuesta de solución
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