Mercado Central del Callao zona antaño del Callao, tuberías de combustibles, riberas del río Rímac, etc., etc.
No se quiere agregar más leña al fuego, pero tampoco el olvido es el mejor remedio de males constantes y continuo que le suceden a nuestra sociedad con tal continuidad que podemos pensar en el recorrido del péndulo de un reloj que va y viene por el mismo camino.
No sólo es momento de que unos quieran destacar sobre los otros o se quiera encontrar responsabilidad en unos u otros, si no en nombre de todos los afectados por uno u otro acontecimiento lamentable, dimensionado excesivamente por la falta de previsión y aprovisionamiento de seguridades en zonas por demás conocidas como de riesgo eminente.
Buscando mucho que lucir representaciones o cargos, como si fueran invitados a una fiesta, lejos de considerar que el aceptar o alcanzar cualquier cargo otorgado por autoridad o por voto popular, significa un trabajo exigido de previsión de desarrollo a favor de la ciudadanía que no escape a la seguridad ciudadana, vale decir la vida de los ciudadanos y sus bienes.
Es natural pensar que todos no son peritos ¿Pero se sabe escuchar a los peritos; por preparación técnica o educación? ¿Se escucha a los peritos prácticos, quienes aprenden en la universidad de la vida? Son preguntas que todos y cada uno de los que ostentan y aspiran a cargos públicos, sociales o políticos, deberían aprender a responder antes "D" y después "D".
Se entiende y comprende que nuestras ciudades, nuestro país, tienen en sí grandes envites de riesgo que afrontar. Pero ya es tiempo que por lo menos se identifiquen éstos, tanto en las ciudades o en todo el territorio peruano, evitando por misericordia de Dios, perder vidas humanas.
No sólo es momento de que unos quieran destacar sobre los otros o se quiera encontrar responsabilidad en unos u otros, si no en nombre de todos los afectados por uno u otro acontecimiento lamentable, dimensionado excesivamente por la falta de previsión y aprovisionamiento de seguridades en zonas por demás conocidas como de riesgo eminente.
Buscando mucho que lucir representaciones o cargos, como si fueran invitados a una fiesta, lejos de considerar que el aceptar o alcanzar cualquier cargo otorgado por autoridad o por voto popular, significa un trabajo exigido de previsión de desarrollo a favor de la ciudadanía que no escape a la seguridad ciudadana, vale decir la vida de los ciudadanos y sus bienes.
Es natural pensar que todos no son peritos ¿Pero se sabe escuchar a los peritos; por preparación técnica o educación? ¿Se escucha a los peritos prácticos, quienes aprenden en la universidad de la vida? Son preguntas que todos y cada uno de los que ostentan y aspiran a cargos públicos, sociales o políticos, deberían aprender a responder antes "D" y después "D".
Se entiende y comprende que nuestras ciudades, nuestro país, tienen en sí grandes envites de riesgo que afrontar. Pero ya es tiempo que por lo menos se identifiquen éstos, tanto en las ciudades o en todo el territorio peruano, evitando por misericordia de Dios, perder vidas humanas.
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