La humanidad en el transcurso de los tiempos se ha ido organizando convenientemente, con inteligencia y sabiduría, siguiendo credos, planes y planteamientos en todos los campos.
Es el caso que uno de los campos más importantes del cual no cabe dudas es aquel en el que todos coincidimos y es el que se apuesta a vivir más y más, que las edades de vida natural vayan en aumento.
Hipotéticamente se agotan esfuerzos con el fin de conseguir mantener la vida natural de las personas el mayor tiempo posible la ciencia y la técnica contribuyen a ello muy eficazmente, pero con seguridad aún falta mucho para alcanzar las metas más óptimas.
Todo esto no tendría sentido si no nos preocupamos que será de estos seres que prolongan su existencia más allá incluso de lo previsto de lo calculado y lo deseado, cuando tan desinhibidamente se propala la edad útil o necesaria para tal o cual actividad, etc., etc.
Si consideramos el efecto que causa en al juventud tal o cual actitud y normas dictadas para la continuación de vida más allá de cierta edad en sociedad, si consideramos que se ve a diario tal o cual ciudadano que vive más allá de lo previsto regularmente calculado por alguna mente analítica preparada para dar estos márgenes de existencia sobre millones de seres se convierten en verdaderas sentencias.
Si tenemos en cuenta que quienes alcanzan este premio de vida del destino y del bien querido ser supremo, luego de cumplido un ciclo de esfuerzos en bien de nuestras sociedades contribuyendo a su permanencia y desarrollo, para luego ser marginados, olvidados o tratados con pulcra hipocresía de silencio e indiferencia tanto de los más inteligentes ciudadanos como de los menos aún, dominados por un cinturón de razones que hacen, que tratar este tema con fuerza suficiente no debería serlo así, porque dañaría susceptibilidades o prioridades ya determinadas, y que son excluyentes de este tema.
Teniendo en cuenta, razones de vida, religiosas, científicas, intelectuales, etc., etc. No tiene razón de ser este silencio social, político y económico con que se trata este tema y cuyos resultados vemos todos los días, en nuestras calles, en las intimidades de familia, o en conversaciones callejeras, que reflejan una Hipocresía a toda prueba que postergan soluciones justas y precisas para esta masa de vida bendecida por Dios, que se prolonga más allá de lo previsto por lo que creen que todo lo pueden calcular.
Es por estas y otras razones que consideraremos que aún los que tienen la posibilidad de estar incluidos en los sistemas de Seguridad Social, son totalmente deficientes e Hipócritas por que la vida a estas alturas, es cuestión de vida o muerte pronta y segura, es el tramo final del camino lleno de espinas, a vista y paciencia de jóvenes y adultos de inteligentes y brutos si así queremos decirlo.
Lo cierto es que hablar de jubilación en nuestros tiempos de no trabajar y vivir "jubilado" es una sentencia total, es una CONDENA FATAL a vivir en la miseria más clamorosa y en la incertidumbre más triste que se pueda imaginar en un teatro maquiavélico creado por alguna mente enferma, no sabemos de que mal.
Es el caso que uno de los campos más importantes del cual no cabe dudas es aquel en el que todos coincidimos y es el que se apuesta a vivir más y más, que las edades de vida natural vayan en aumento.
Hipotéticamente se agotan esfuerzos con el fin de conseguir mantener la vida natural de las personas el mayor tiempo posible la ciencia y la técnica contribuyen a ello muy eficazmente, pero con seguridad aún falta mucho para alcanzar las metas más óptimas.
Todo esto no tendría sentido si no nos preocupamos que será de estos seres que prolongan su existencia más allá incluso de lo previsto de lo calculado y lo deseado, cuando tan desinhibidamente se propala la edad útil o necesaria para tal o cual actividad, etc., etc.
Si consideramos el efecto que causa en al juventud tal o cual actitud y normas dictadas para la continuación de vida más allá de cierta edad en sociedad, si consideramos que se ve a diario tal o cual ciudadano que vive más allá de lo previsto regularmente calculado por alguna mente analítica preparada para dar estos márgenes de existencia sobre millones de seres se convierten en verdaderas sentencias.
Si tenemos en cuenta que quienes alcanzan este premio de vida del destino y del bien querido ser supremo, luego de cumplido un ciclo de esfuerzos en bien de nuestras sociedades contribuyendo a su permanencia y desarrollo, para luego ser marginados, olvidados o tratados con pulcra hipocresía de silencio e indiferencia tanto de los más inteligentes ciudadanos como de los menos aún, dominados por un cinturón de razones que hacen, que tratar este tema con fuerza suficiente no debería serlo así, porque dañaría susceptibilidades o prioridades ya determinadas, y que son excluyentes de este tema.
Teniendo en cuenta, razones de vida, religiosas, científicas, intelectuales, etc., etc. No tiene razón de ser este silencio social, político y económico con que se trata este tema y cuyos resultados vemos todos los días, en nuestras calles, en las intimidades de familia, o en conversaciones callejeras, que reflejan una Hipocresía a toda prueba que postergan soluciones justas y precisas para esta masa de vida bendecida por Dios, que se prolonga más allá de lo previsto por lo que creen que todo lo pueden calcular.
Es por estas y otras razones que consideraremos que aún los que tienen la posibilidad de estar incluidos en los sistemas de Seguridad Social, son totalmente deficientes e Hipócritas por que la vida a estas alturas, es cuestión de vida o muerte pronta y segura, es el tramo final del camino lleno de espinas, a vista y paciencia de jóvenes y adultos de inteligentes y brutos si así queremos decirlo.
Lo cierto es que hablar de jubilación en nuestros tiempos de no trabajar y vivir "jubilado" es una sentencia total, es una CONDENA FATAL a vivir en la miseria más clamorosa y en la incertidumbre más triste que se pueda imaginar en un teatro maquiavélico creado por alguna mente enferma, no sabemos de que mal.
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