jueves, 10 de diciembre de 2009

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Como apreciamos, con que disgusto vemos en las pantallas, del cine, escuchamos o leemos un comentario, cuando un tirano de la índole que fuera o de cualquier época sea de nuestro siglo o de siglos pasados, hacen ejecutar y ejecutan acciones de corte tirano, ¡Oh! tiempos aquellos, que los vemos a colores que indignación nos causa a los seres de buena voluntad, más aún es escuela de los indolentes maquiavélicos o malintencionados.

Hoy con la nueva tecnología, el avance de la ciencia y otros factores largos de enumerar, la tiranía, y los tiranos se han sofisticado; casi es imposible detectar, su origen y poder y sólo los tiranosuelos son los que dan la cara, ufanos y vanidosos reciben el apelativo de "tiranos" cuando sólo son "Tiranosuelos" personas rastreras predispuestas a la obediencia y al compromiso fácil e involucran a otras personas e inclusive naciones enteras en su senil condición, usando todos los artificios posibles, usando todos los medios negados para el buen vivir de gentes.

Es así como hoy podemos observar con mucha dificultad y muy difusamente, que el Tirano es un poder más en este mundo y una parte está constituida por el dinero, el poder que absorbe y deforma al ser humano convirtiéndolo en un apátrida, un servil y un cobarde incapaz de enfrentar reto propio alguno, siempre predispuesto al servilismo y a la corrupción.

Es un poder tan grande en nuestros tiempos que ha perdido identidad local, está encumbrada en la cima del mundo dominando y mandando a todo tiranosuelo que surge, engulléndose todo esfuerzo humano para la sana convivencia y sembrando, creando, zozobra acá y allá, aliándose entre sí a nivel mundial, sólo por instinto sin mediar palabra o contacto alguno. POR ESO HOY LA TIRANÍA NO TIENE NOMBRE, ES UN DESCONOCIDO.

Sin embargo los seres humanos de hoy con nuestra realidad al frente no nos indignamos por que quizás en esta oportunidad sí que la indignación nos va a costar sacrificio y compromiso, no como cuando nos referimos al primer párrafo nos "indignamos" pero qué barato nos sale diluirla en el quehacer diario y olvidarla.

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