PARTE III
EL CONFORT
EL CONFORT
En el servicio Público sería el resultado de una buena administración socio-política-económica que resultaría de un buen plan estratégico técnico económico producto de un estudio elaborado por personas que tengan capacidad para ello y que tengan la disposición de quienes políticamente asumen la dirección del transporte público de pasajeros.
En nuestro medio, en el Callao propiamente dicho; NO gozamos de estos planes. Que se conozcan, tal vez, de otros complementarios que nos lleven a pensar, que la inversión económica que efectúan los usuarios en un corto o largo plazo se convertiría en confort significando esto que estas economías se diluyen constantemente significando esta nada de nada.
Generalmente y por décadas, el transporte público de pasajeros recibe inyecciones económicas de economías venidas de otros sectores debido a que sus fronteras permanecen siempre abiertas sin orden ni metas, vale decir, quienes siendo hoy electricistas, panificador, ingeniero, abogado. etc., mañana, a raíz de tener en disposición una determinada cantidad de dinero, así también mañana, adquiere una unidad de transporte y ya es transportista, miembro del caos, aumentando siempre su número pero, finalmente esos capitales sufren las mismas consecuencias que muchos otros.
Podríamos decir, que el transporte es una vía de Drenaje de "nuestras economías ya que no producimos vehículos y todos viene de allá pasada nuestras fronteras. Esta ingrata experiencia fue mucho más notoria en la década del 90 al 2000, durante el gobierno dictatorial de Fujimori en que miles fueron despedidos de sus puestos de trabajo obligándolos a recibir "incentivos" los que en muchos casos fueron invertidos en el transporte público de pasajeros con los resultados catastróficos que todos conocemos por falta de una debida organización económica en esta importante actividad de nuestra economía, pero sí propició el enriquecimiento de muchos intermediarios que prestos importaron vehículos en desuso en otras latitudes para venderlos acá a personas inexpertas y sin conocimiento alguno en el transporte. Ya todos conocemos el fin de estos vehículos y el sufrimiento de los nuevos transportistas.
En cuanto a nuestros servicios de transporte en micros chicos, grandes, etc.; en el Callao con respecto al confort, su economía no produjo mejora alguna y por el contrario, la inversión de los usuarios chalacos fue trasladada a Lima ya que con el empuje y coraje de los transportistas, los llevaba a ampliar sus recorridos, en muchos casos, en principio alentados por "estudios" técnicos -dicen- y alentados por determinaciones emanadas desde el seno de la administración que para este fin se establecía llevando finalmente estos recorridos a comenzar y a terminar en zonas limeñas donde miles de trabajadores directos e indirectos invertían sus ingresos ya que comían y dormían en zonas limeñas y la inversión de los usuarios chalacos se trasladaban a zonas limeñas produciéndose cierres de talleres y comercios ligados al transporte en el Callao produciéndose en consecuencia, más desocupación en nuestro querido Callao y, de confort, nada de nada; a mayores distancias de recorrido mayor desgaste, más aun cuando no hay un plan técnico-económico de desarrollo del transporte que garantice a los usuarios un mejor confort.
En nuestro medio, en el Callao propiamente dicho; NO gozamos de estos planes. Que se conozcan, tal vez, de otros complementarios que nos lleven a pensar, que la inversión económica que efectúan los usuarios en un corto o largo plazo se convertiría en confort significando esto que estas economías se diluyen constantemente significando esta nada de nada.
Generalmente y por décadas, el transporte público de pasajeros recibe inyecciones económicas de economías venidas de otros sectores debido a que sus fronteras permanecen siempre abiertas sin orden ni metas, vale decir, quienes siendo hoy electricistas, panificador, ingeniero, abogado. etc., mañana, a raíz de tener en disposición una determinada cantidad de dinero, así también mañana, adquiere una unidad de transporte y ya es transportista, miembro del caos, aumentando siempre su número pero, finalmente esos capitales sufren las mismas consecuencias que muchos otros.
Podríamos decir, que el transporte es una vía de Drenaje de "nuestras economías ya que no producimos vehículos y todos viene de allá pasada nuestras fronteras. Esta ingrata experiencia fue mucho más notoria en la década del 90 al 2000, durante el gobierno dictatorial de Fujimori en que miles fueron despedidos de sus puestos de trabajo obligándolos a recibir "incentivos" los que en muchos casos fueron invertidos en el transporte público de pasajeros con los resultados catastróficos que todos conocemos por falta de una debida organización económica en esta importante actividad de nuestra economía, pero sí propició el enriquecimiento de muchos intermediarios que prestos importaron vehículos en desuso en otras latitudes para venderlos acá a personas inexpertas y sin conocimiento alguno en el transporte. Ya todos conocemos el fin de estos vehículos y el sufrimiento de los nuevos transportistas.
En cuanto a nuestros servicios de transporte en micros chicos, grandes, etc.; en el Callao con respecto al confort, su economía no produjo mejora alguna y por el contrario, la inversión de los usuarios chalacos fue trasladada a Lima ya que con el empuje y coraje de los transportistas, los llevaba a ampliar sus recorridos, en muchos casos, en principio alentados por "estudios" técnicos -dicen- y alentados por determinaciones emanadas desde el seno de la administración que para este fin se establecía llevando finalmente estos recorridos a comenzar y a terminar en zonas limeñas donde miles de trabajadores directos e indirectos invertían sus ingresos ya que comían y dormían en zonas limeñas y la inversión de los usuarios chalacos se trasladaban a zonas limeñas produciéndose cierres de talleres y comercios ligados al transporte en el Callao produciéndose en consecuencia, más desocupación en nuestro querido Callao y, de confort, nada de nada; a mayores distancias de recorrido mayor desgaste, más aun cuando no hay un plan técnico-económico de desarrollo del transporte que garantice a los usuarios un mejor confort.
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